A la gran ciudad, grandes avenidas, grandes edificios, gran cantidad de gente con grandes apuros, gran insensibilidad, gran desesperanza, las más grandes soledades.
Buenos Aires..
Bueh, no, aire casi no hay.
¡Y eso que estamos a nivel del mar!
Ah, capaz que por eso.. nos falta altura.
No tanto aire, sino altura.
Buenos Aires.. qué grande te queda el nombre..
jueves, 27 de diciembre de 2007
viernes, 21 de diciembre de 2007
Hermosamente puta.
Buscaba amistad con mi soledad, pero la vida es así de puta que con sólo dejarla ser me abrazó con esos ojos tristes.
Dos camas separadas por un mugroso cementerio de vicios con una mesita en el medio, al juntarlas se formó una nube donde podías viajar de noche, de día hasta lugares que la soledad no sabe llegar.
Claro, la soledad no podía ni subirse a la nube, se quedaba entre cuatro paredes y un ventilador. Pero se sintió tan incómoda, tan fuera de lugar, tan avergonzada que no pudo hacer otra cosa que irse en puntitas de pie cerrando la puerta con tal suavidad que parecía de cristal.
¡Si la vieran! ¡Tan humillada!
Decía de la nube.. pero no cualquier nube: nube de amanecer, nube de crayones, nube que no nubla, nube que vuela, nube que mecía hasta dejarnos levitando entre sueños.
La vida es así de hermosa.
Pero esa nube está a muchas horas de acá.
Ahora estoy en mi cama, en un colchón tan frío como sus resortes pero en el pecho una estufa a base de recuerdos.. que se van colgando.
Y ahí es cuando vuelve la soledad, altiva, pateando la puerta.. recordándome que ella se va a quedar conmigo en los finales. Adueñándose de la noche.
La vida es así de puta.
Dos camas separadas por un mugroso cementerio de vicios con una mesita en el medio, al juntarlas se formó una nube donde podías viajar de noche, de día hasta lugares que la soledad no sabe llegar.
Claro, la soledad no podía ni subirse a la nube, se quedaba entre cuatro paredes y un ventilador. Pero se sintió tan incómoda, tan fuera de lugar, tan avergonzada que no pudo hacer otra cosa que irse en puntitas de pie cerrando la puerta con tal suavidad que parecía de cristal.
¡Si la vieran! ¡Tan humillada!
Decía de la nube.. pero no cualquier nube: nube de amanecer, nube de crayones, nube que no nubla, nube que vuela, nube que mecía hasta dejarnos levitando entre sueños.
La vida es así de hermosa.
Pero esa nube está a muchas horas de acá.
Ahora estoy en mi cama, en un colchón tan frío como sus resortes pero en el pecho una estufa a base de recuerdos.. que se van colgando.
Y ahí es cuando vuelve la soledad, altiva, pateando la puerta.. recordándome que ella se va a quedar conmigo en los finales. Adueñándose de la noche.
La vida es así de puta.
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