martes, 12 de octubre de 2010

Escuché decir...

"es como ver el punto débil donde uno pone lo no puede hacer con la mierda del mundo".

sábado, 25 de septiembre de 2010

¿Quién le preguntó a la leña si quería arder?

viernes, 17 de septiembre de 2010

El pincel y yo II.


"Se sospecha que el sol es una pelota encendida".
Eduardo Galeano.

martes, 7 de septiembre de 2010

Asesino a cuerda.

Al flaco le tengo que agradecer por haberme hecho volver a sentir el rock.

El paso de los años hizo que lo que era gran parte de mi vida, quedara colgado en la pared de los recuerdos. Como una foto vieja que se mira con nostalgia.

Y, como siempre que se vuelve a sentir, se siente de forma diferente (uno cambia, los otros cambian, todo está en constante cambio).

La música, su guitarra, sus seis látigos.
Sus cuerdas eran piolines atados a las extremidades de mi cuerpo, a mi cabeza, a mis sensaciones. Como si fuése su títere, me manejaba.


Me hipnotizó, me desnudó de forma tan descarada, me sometió a él, me engatuzó.
Me llevó al extremo, al límite de los sentidos.
Me sacudió el alma.


Me volvió un topo dentro de laberintos oscuros y sin salida.
Pero si quería me hacía remar en una canoa sobre aguas furiosas, pero con esperanza, con fé, con fuerza.
O me hacía correr por bosques peligrosos de ramas largas en noche de luna llena, en noche de silencio espeso.
Si quería me hacía protagonizar pesadillas, morir en ellas. Y, recién después, me despertaba.
Hacía conmigo lo que quería.


Visualmente también me hipnotizaba, me transportaba: las luces descansaban sobre alguno de sus perfiles mientras con su forma arácnida se liberaba sobre sus cuerdas tejidas. O cuando azotaba el aire al compás de la música.


Hasta que todo se queda a oscuras, se cortan los piolines y el silencio es de cemento.

Mano a mano conmigo.
Mano a mano con la vida después de.

"¿Y cómo seguís la vida ahora? Hace un poco más de dos horas estabamos en esta misma estación de tren, pero yendo al recital. Ahora ya está, ya pasó, ya sentimos todo, ya no queda nada, son nada más recuerdos. Encima tenemos que volver a casa. ¿De dónde sacás fuerzas para caminar? ¡Qué desolación! Estoy acá, sentado, con un signo de pregunta gigante en la cabeza... (silencio triste)

¿Cómo se sigue la vida ahora?".


"¿QUIÉEEEEN SOOOOOOOOOOOS? ¿DÓOONDEE ESTÁAAAAAAAAS?"


"Una luz brillando en la oscuridad".





(Texto: resacas de José C. Paz. Fotos: Orfeo, Córdoba. Alineación: ausente. Para reclamos comunicarse con Blogger).

martes, 31 de agosto de 2010

El pincel y yo.

Pero un día hubo varios pinceles, acrílicos y témperas de colores sobre la mesa.
Me llamaron y no quise ignorarlos:



El lápiz y yo.

Un querido amigo dijo una vez "yo no sé vivir, y, sin embargo, vivo".
A veces, el miedo a lo que no sabemos, bloquea.
Pero se trata de aprender, de hacer sin saber.

La primera vez que quise dibujar, fue a Román teniendo al lado la foto de él.
Impulso.


"Un Romance...


raro...



...loco...



...extraño...




...embriagador..."



Perder el miedo a equivocarse.

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lunes, 16 de agosto de 2010

Pánico.

En la oscuridad tantas sombras al acecho...
Las siento moverse sigilosamente y enseguida están alrededor mío.
Los oídos alertas al mínimo sonido, pero el silencio me invade y recorre todo mi cuerpo. Y, ahora, cada poro queda alerta, a la espera del sonido que calle el silencio. Pero con miedo, miedo a este silencio tenso, miedo a que deje de existir el silencio.
Mientras las sombras me olfatean, se relamen con mi miedo, lo disfrutan.
Sigilosas serpientes que se enredan en mi cuerpo, me oprimen y me paralizan, quedo sin control sobre mi cuerpo.
El silencio me estrangula, casi no puedo respirar, el corazón taladrándome el pecho y un calor intenso me empieza a quemar. La cabeza me hierve, revienta.

Y, así, una vez más, morir.

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domingo, 8 de agosto de 2010

The wall.

Y, al final, es todo una picadora de carne.

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El placer da vida.

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lunes, 26 de julio de 2010

Dá irreal.

Pero ¿por qué es "real" lo tangible y no lo inventado? O sea, la sucesión de imagenes mentales también ponen en funcionamiento los sentidos, los sentimientos. O a las imagenes le ponemos sentimiento o... no importa ahora. Es cuando sentís, ves, escuchás, sin que sea unicamente consecuencia de factores externos. A ese momento se lo está viviendo.
O también pasa cuando te depertás feliz después de algún sueño de colores o cuando te despertás desamparado después de vagar por algún abismo oscuro.
Al despertar estás en la "realidad" con resaca de la "realidad" del sueño.
¿Cuál de las realidades es la real?
(No acordarse de los sueños es una forma de defensa... o de suicidio).
El otro día me mataron.
Vivía por el centro en una casa antigua. La terraza estaba rodeada de aburridos edificios, siempre tan iguales, tan simétricos, siempre tan cuadrados... pero en frente no, enfrente había una plaza.
Estábamos ahí con una prima bebé, otra prima, mi hermana y mi hermano más chico cuando empezamos a escuchar ruidos ensordecedores. ¡Bombardeaban la ciudad! Frenaban aviones en el aire, se ponían en posición vertical y se entregaban a la gravedad. Explotaban al impactar.
Salimos de la casa, no sabíamos a dónde ir, pero en la casa no nos podíamos quedar.
(Me acabo de acordar que de chica veía un avión a punto de estrellarse contra mí. De frente, directo a mi cara. Lo veía en primer plano, sin zoom. Y abría los ojos. Abría los ojos cuando casi llegaba a mi nariz... Pero ¿quién sabe? capaz nunca antes había visto esto o, capaz sí, resucitó de alguna tumba oxidada en la memoria. Qué sé yo...).
Ya en la calle era todo un caos, la gente desesperada, corriendo, gritando. Nosotros también corrimos aunque sea para calmar la sensación de adrenalina en el cuerpo. Entramos en un banco Nación de techos altísimos, amplio como toda estructura antigua, los muebles eran de madera tallada (como el ropero que me mira de frente mientras escribo).
El banco era un lugar indestructible, sabíamos que ahí dentro no nos iban a lastimar, que el lugar era inmune al ataque exterior.
La bebé empezó a llorar, tenía hambre. Ahí dentro había un almacén (¿por qué había un almacén dentro de un banco? no sé). Nos acercamos para tratar de conseguir leche. Pero aprovechando la situación nos la querían cobrar cien pesos. ¿De dónde íbamos a conseguir la plata? ¡hijos de puta! ¡siempre haciendo negocios con la necesidad ajena! ¡es un bebé!
La bebé lloraba cada vez más mientras cerraban las puertas del banco, cientos de personas amontonándose, suplicando por entrar.
Le dije a mi hermana que iba a conseguir leche a algún lado, no sabía a dónde, pero que me esperaran. Del banco no podía salir por las puertas principales, así que empecé a recorrer el banco y como todo lo antiguo de hoy en día tiene sus reformas. Estaba conectado a un edificio.
Busqué la forma de llegar a la calle, alguna ventana, alguna salida de emergencia, pero eran todos pasillos de paredes blancas, como laberinto. Hasta que divisé la puerta de un ascensor, me acerqué a buscar las escaleras que suelen haber cerca.
Y, en ese momento, pasaron por al lado mío corriendo dos hombres jóvenes. Pero no corrían de la misma forma que la gente en la calle, corrían huyendo de alguien, eran ratones. Escuché unos pasos que venían del mismo lugar del que habían pasados los hombres y giré a ver: era un policía vestido de civil con una pistola en la mano. Enseguida me corrí del medio, me metí en el pasillo de al lado del ascensor y me agaché, miré a los dos que corrían que estaban por llegar al final del pasillo, igual tenían muchas opciones, muchas puertas y otros pasillos para elegir y huir. No estaban atrapados.
El policía al verme se detiene. Clava sus ojos duros y sin brillo en mí, y saboreando cierto placer que desconozco me sentencia "a vos también te estaba buscando". Me apunta y siento un ardor en la frente.
Así fue que me mataron.
Si hubiera podido elegir una forma de morir... hubiese preferido los aviones.
Abrí los ojos, estaba en mi cama. Los aviones en el cielo son ahora nomás una imitación Made in China de los pájaros.
Pero ¿si hubiera tardado un segundo más en abrir los ojos? ¿Si morirme en otra realidad me hubiera matado en todas mis realidades?
En el expediente hubiesen puesto: muerte súbita.
Sólo yo hubiese sabido que, en realidad, en otra realidad me mataron.


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martes, 22 de junio de 2010

Dijo que era para acá.

G: ¿qué onda vos?
F: acá. en la lucha. ud?
G: también. pero me pegan...

¿Pensas que miento?*

con los ojos abiertos cierro la mirada.
me sambullo en las imagenes que se proyectan en mi cabeza.
escucho mi propia voz como si leyera un cuento y creo imagenes.
¿o mi voz es quien describe las imagenes que veo?.
el río de palabras fluye en mi cabeza, suave.
o mientras llueve crece ese río arrastrando todo a su paso.

siento esas imagenes. esas palabras.
son más que pensamientos.

me encierro ahí, el tiempo desaparece.
la paleta llena de colores y atrás de mi oreja hay un pincel (y por cada mano hay cinco más).
las palabras nunca tuve tiempo a escribirlas, se graban nomás hasta que se vuelven dibujos, emociones. y desaparecen.
y ahí soy.

libre.

*de principios del año pasado.