domingo, 22 de junio de 2008

Pequeñas mentiras de la vida cotidiana (quizá parte I).

Para Belén porque lo leyó y dijo que está bueno (supongo que nomás lo dijo para que lo suba y así, por fin, entender lo que dice. No es fácil andar descifrando la letra de los demás).


-Hola ¿cómo estás?
-Bien ¿vos?
-Bien.

Y, claro, es mentira casi siempre.
Pero podemos excusarnos como para que la conciencia quede bien limpita. Aunque para esto sería más conveniente usar lavandina y ponernos a fregar un rato.. un rato bien largo o empezar a darnos golpes en la cabeza hasta perder por completo la memoria (qué sé yo, en la tele cuando se dan un golpe en la cabeza pierden la memoria. así que si lo dice la tele..).
En ambos casos sería necesario repetir las acciones mínimo una vez al día y no porque tardemos tanto en volver a ensuciar nuestra conciencia; de hecho, es como una advertencia: si pasa un día sin limpiar su conciencia, al próximo día ya la tendrá tan sucia que se acostumbrará a que esté así y no querrá limpiarla más (y, de paso, se dará cuenta que es usted no es menos sucio que el hippie zaparrastroso al que mira con asco).
Uh, ya me fui por las ramas. Me vértigo la altura (bah, estar alto, la Altura que haga lo que quiera por mí), tengo que andar haciendo equilibrio para no caerme, estar sentada en una rama es bastante incómodo (y más si se está escribiendo).
Mejor bajo.

(Ruido de caída (se aceptan sugerencias de cómo es un ruido de caída)).
¡AY!
¡La puta madre!
No, no es sólo que, probablemente, me haya esguinsado el tobillo, sino porque recién ahora me acuerdo que para subir a las ramas usé una escalera (¿y qué queré'? con mi buzarda gracias que puedo trepar a mi cama.. no, no es de las marineras, ni está sobre ninguna elevación).
Y la escalera ya no está.
"Seguro fueron estos negros de.." pienso y justo veo la escalera del otro lado del tronco (y.. bueno, che, as mí me enseñaron que la culpa de todo es de esos negros).

Ah, cierto, las excusas para que quede impecable nuestra conciencia al decir que estamos bien cuando no lo estamos.
Podemos decirnos:
  • "Él/ella mintió primero, así que si no me canta la justa, yo tampoco". (Sólo es aplicable para cuando responde primero el otro sujeto y, claro, dice que está bien).
  • "No entendería mis mambos"
  • "¿Pero qué le voy a explicar? si para la mayoría sólo es válido decir que estás mal porque algún pariente está enfermo o, en su defecto, que haya muerto alguno" (sin entrar en detalles de que hay casos en las que algunas muertes son un alivio). En algunos casos esto de enfermedad/muerte es medianamente válido para ser aplicado a nuestro perro o cual fuere nuestra mascota (incluidos los hermanos). Me veo en la obligación de decir que solamente es medianamente aceptable porque cuando era chiquita en la calle a un grupo de pibes tirados en la calle que se les acercaba otro llorando. Este flaco balbuceó "se murió mi perro". Algunos (mayormente pibas) se levantaron y lo abrazaron. Algunos otros con una frialdad que asco se limitaron a decir "era un perro nada más", "ya fue, comprate otro" o, el comentario más forro de todos: "y, bueno, así es la vida.. todos nos vamos morir". Con gente como esta prefiero ser un perro y mejor si es el que se murió.
  • "Si respondés que estás más o menos o, sin dar tantas vueltas, que estás mal: el receptor podría traducir lo que dijiste y escuche que estás bien y siga su camino normalmente (o capaz siga su camino normalmente porque cómo estés le importa verdaderamente tres carajos)".
  • "Si te preguntan por qué no estás bien y al darles tus motivos (casi n... se tiene un sólo problema) te miran con una ceja levantada y entre sonrisas te preguntan o, directamente, afirman con un tono burlón: "¿y por eso estás mal?", "vos y tu cabeza ¿por qué no dejás de inventarte problemas?", "vos sí que estás al pedo para perder el tiempo pensando esas boludeces", "¿vos te andás drogando?" (sí, señores, acá es todo culpa de la droga.. y los negros, pero más de los negros drogadictos) o en su defecto: "jodete por falopera", "vos el único problema que tenés es que crees que tenés un problema". Ante lo que no podés hacer otra cosa que quedarte callado y no por no tener nada que decir sino porque es difícil elegir una sola respuesta entre las tantas que se te cruzan por la cabezas, por ejemplo: "no puedo manejar qué cosas me van a hacer bien y cuáles mal", "si vos no te ponés mal por esas cosas mejor para vos, pero a mí no me vengas a juzgar", "a verrr.. ¿por qué no me hacés una listita enumerando las cosas por las que está permitido estar mal que después las cargo al chip?" o el más agradable de todos "pero ¿por qué no te vas a cagar?"".


Creo que la base del problema es que el "hola ¿cómo estás?" está establecido como un saludo y nada más. Es preguntar sin querer respuesta, preguntar sin darte cuenta de que preguntas.. y eso que no es difícil separar el "hola" del "¿cómo estás?".

Por eso, prefiero saludar "hola, buen día" inclusive a la tarde o a la noche. El día no dura lo que una mañana (igual si seguís esa regla tendría que ser "buena mañana"). Además con "buen día" expresas un buen deseo (total de que lo desees a que se cumpla).

Y, listo, con un "hola, buen día" el saludo queda más decorado (menos vacío), pero sobre todo lo prefiero porque, de verdad, cómo estés o dejés de estar me importa un huevo.

lunes, 16 de junio de 2008

Tarde (sin daños a terceros).

"Justamente ahora
irrumpes en mi vida
con tu cuerpo exacto
y ojos de asesina
tarde, como siempre,
nos llega la fortuna.
Tú ibas con él,
yo iba con ella,
jugando a ser felices por desesperados.
Por no aguardar los sueños.
Por miedo a quedar solos.
Pero llegamos tarde:
te y me viste,
nos reconocimos enseguida... pero tarde.
Maldita sea la hora
que encontré lo que soñé... tarde.
Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte.
Tanto inventarte.
Tanto buscarte por las calles,
como un loco, sin encontrarte.
Y ahí va uno de tonto,
por desesperado,
confundiendo amor con compañía.
Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja
te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón.
Y no tengo nada contra ellos:
la rabia es contra el tiempo
por ponerte junto a mí... tarde.
Ganas de huir,
de no verte ni la sombra,
de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla,
que nunca apareciste,
que nunca has existido.
Ganas de besarte,
de coincidir contigo,
de acercarme un poco
y amarrarte en un abrazo,
de mirarte a los ojos
y decirte: bienvenida.
Pero llegamos tarde:
te y me viste,
nos reconocimos enseguida... pero tarde.
Quizás en otras vidas,
quizás en otras muertes.
Qué ganas de rozarte,
qué ganas de tocarte,
de acercarme a ti
y golpearte con un beso,
de fugarnos para siempre..
sin daños a terceros".

Ricardo Arjona.

jueves, 5 de junio de 2008

Otra ilusión menos, y van..

Suerte.
No es que haya sido 'mala suerte'.
Sino, solamente suerte.. pero para el otro equipo.
Impotencia en toda su potencia.
Ni tristeza, ni bronca, ni reproches.
IMPOTENCIA.
Eso siento yo.
Pero impotencia tranquila.
(Aunque si alguien viene a gastar, lo embocó).
Será porque es una más de las injusticias de la vida.
Porque acá hubo camiseta, huevo (MUCHO huevo) y gambeta.
Pero faltó suerte.
Aunque sí, tuve suerte de tener esta ilusión..

Mientras duró.

Y, otra vez, empieza el partido y yo colgada de tu sonrisa.

Miraba tu sonrisa mientras que con tu brazo derecho hacías un hueco invitando a que quede con el mío entrelazado.
Esa sonrisa..
No tenía una cámara de fotos en ese momento, pero sé que pestañié y así guardé esa imagen.
Claro, no la puedo imprimir, ni mostrar (es toda mía. toda), pero sí la puedo d-escribir y la puedo mirar (cerrando o sin cerrar los ojos).
No quiero, pero sobre todo no puedo dejar de sonreir al volverla a mirar.
Tampoco creo ser de las personas más adecuadas para dicir que 'la vida es bella', pero sin duda puedo afirmar que tu sonrisa es bella.
(Y, otra vez, empieza el partido y yo colgada de tu sonrisa).

domingo, 1 de junio de 2008

Subo y me siento (por la ventana ya no te veo).
Reclino un poco el asiento.
El frío me congela la cara.
Un viento muy frío que viene desde abajo.
Lo siento en el pecho.
Como en la montaña rusa.
Mis pies y mis piernas bicicletean en el aire.
¡ME ESTOY CAYENDO!
Está todo oscuro.
Extiendo los brazos buscando algo firme.
No hay nada.

Quiero gritar, pero nunca puedo.
Se me tapan los oídos.
Alguien me toca el hombro.
Me mira fijo y con una sonrisa me dice 'llegamos'.
Bajo del micro.

De desconexión en desconexión.

Ellos uno como simples conocidos, tan cerca y lejos, indiferentes, abrazos fríos o ni siquiera.
Agite, mi rincón asegurado, cantitos, auriculares y frazada. Frío.
Amanece por la ventana, la cabeza en la rueda de una bicicleta, manos transpiradas y huesos fríos, el sol deshace la visión, molesta, me guardo abajo de la frazada. Hace mucho frío.
La ruta ajena, cuadros de paisajes pintados en el vidrio, todos van y vienen: nadie se queda.. mejor cerrar las cortinas. Nadie y hace frío.
Pasto, el verde opaca por su ausencia y está entre mis dedos, milanesas frías, botellas de plástico frías con diferentes colores, manos frías, se cae el sol y hace mucho frío.
Gente que salta, música fuerte, dolor en la espalda, sangre en el alcohol. Mucho sin sabor. Frío.
Frazada, guantes, gorro, bufanda, sed, frío por dentro y por fuera.
Frío.