viernes, 23 de febrero de 2007

A los verdes.

Hay veces que no entiendo nada.
Como si estuviese en medio de una clase de matemáticas.
Así, nada de nada.
Apuntaron con varitas a mis costillas, tiñiéndome de colores y brillantina.
Mis cachetes pareciera que subieron corriendo hasta la cima de una sierra.
Cuando caigo en el juego que proponen las sombras, hay quienes estrujan mis tristezas. Para mis bajones, una milanesa. Romanes que le pisan la pelota a mi desgano.
Ojeras de nariz de payaso que flamean banderas, son(de)risas.

1 comentario:

Lucien. dijo...

todo verde... y usted debería también enverdecer. sería la maconha del postre.

(o la maconha y el postre, en ese orden bajonero)

que la aaaaaaaaaaamo ¿sabe?
a veces uno se siente tan agradecido de ciertas personas que ya decirle gracias le parece una falta de respeto... por eso mismo... ¡gracias! (=