miércoles, 17 de octubre de 2007

Tengo la obsesión de buscarte en el piso.
Sabiendo que vos estás en el cielo.
(las baldosas están más cerca, por más que tenga que subir para verlas)
Cada vez que te huelo, miro de donde venís y mi boca es un mar.

¡DEJA DE NO ESTAR!

Pero no de capricho
(caprichos tengo otros)
Necesito que dejes de no estar.
Y otra vez estás a la vuelta de una esquina que no puedo doblar..

5 comentarios:

Fd. dijo...

Pero casi todo está a la vuelta de una esquina que no podés doblar, creo yo. Y lo que no, no vale la pena. Cuando uno tiene algo debe saber que lo que tiene es una mínima parte y siempre hay esquinas sin doblar.

Anónimo dijo...

si no podes doblar esa esquina, podés dar la vuelta manzana... es un camino más largo, pero llegas al mismo lugar...

Por ooootro lado, si vas a seguir diciendo giladas ccomo que estas más cerca del piso (e incluso por debajo) me enojo y te pego... vos vales, y si queres que lo aprendan aprendelo vos...

besos

Anónimo dijo...

yo tambien extraño a la mari

una gabi dijo...

¿y cómo sabés que lo que está dando la vuelta vale la pena?
No creo que todo lo que no puedas conseguir valga la pena.
además si no podés doblar: por ahí se roba todo la obsesión, el capricho. y ya no es otra cosa que eso.


Y no puedo dar la vuelta manzana si no tengo tiempo.

Anónimo dijo...

si no tenés tiempo tomate un taxi... o un ferné... que se yo... quizás sea cierto, y si todos pudieramos ir a la lunas perdería toda su hermosura... pero de todas maneras, al menos yo daría cualquier cosa por mirar un ratito la tierra desde allá... igual bñah, me enmarañé al irme por las ramas y me olvidé que iba a decir... lo pienso y vuelvo otro día...

beso!