Hay desayunos que son como semillitas, todas juntas, amontonadas, que forman una piedra.
Excepción que confirma la regla:
Los jugos gástricos las hicieron germinar, la oscuridad las hizo crecer.
Enredaderas que haciendo nudos desde el estómago llegan a la garganta.
Ojos que las riegan.
Respiración profunda, dientes que se muerden.
Contrariamente al pronóstico, llueve más y con vientos fríos.
Una musculosa como abrigo.
Si el té se derramó sobre la polera, el pantalón, la bufanda y la campera.
Esa boca alegre y esa real tristeza desamparada cual villa.
Y se vuelve todo más oscuro.
Más oscuro y más y más rápido crecen.
Pero si te quedas, me curo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario