jueves, 23 de agosto de 2007

Corrientes sin corriente.

Te ven cara de pescado y tiran el anzuelo.
Y claro.. ¡sos un pescado!
Mordes fuerte el anzuelo (mezcla de lo que querés y puntos débiles de la sensibilidad), los dientes casi tan apretados como los de los rabiosos.
Pero sin espuma.
Los prejuicios, a veces, aciertan.
Sin pan y sin torta.
Sin guita y sin torta.
No, no era tiempo de cumpleaños.
Viendo la repetición del partido, sabiendo el resultado es fácil decir qué cambios eran convenientes.
Pero falta reacción.
Faltan pulsos.
Faltan pulsos.

A ver si vamos aprendiendo a ir al baño solos que mamá ya no está para cambiarnos el pañal, ni para limpiar nuestras cagadas.

1 comentario:

Péto dijo...

perdón, soy el peor de todos.







uunn beso